
Días enteros, cálidos, llenos de felicidad,
Soles radiantes que con sus rayos hacen sonreír,
Cálidos momentos de compartir amistad,
Que con gente amada sonriendo se han de vivir.
Pero hay oscuras noches en que temo cerrar los ojos,
Para no volverlos a abrir, un asunto que a muchos tiene temerosos.
Me despido con júbilo, dando gracias a la vida,
Y al día siguiente me despierto, perdiendo toda alegría.
Oscuridad, tristeza, que nos vienes a visitar,
Siguiendo a la Dama Negra que se acaba de presentar,
Y con crueldad no duda en rápido arrancar
Un alma buen para nosotros que nos hacía alegrar.
Navego en el mar de lágrimas que se acaba de formar
Entre la gente que está presente en el momento de tortura,
Hoy la cruel realidad tenemos que aceptar,
Aunque busquemos, no hay remedio en forma alguna.
La Dama Muerte está entre nosotros,
Se presentó temprano arrancando tiernos ojos,
Que esparcían su dulzura allá donde miraran,
Imposible, irreal, que alguien no le amara.
La Dama Negra entre nosotros está,
Buscando su presa, alguien a quien arrancar
De los brazos de gente que no le dejará de amar.
Nos lo quitó, lejos se lo llevó.
Hoy mi alma no ha dejado de llorar,
Viene la noche que no me puede alegrar,
Trae su frío, su Luna, sus estrellas,
Ya no me parece bella ninguna de ellas.
Hoy mi corazón no deja de lamentar
Algo de lo que remedio no podré encontrar,
Melancolía amarga que invade mi ser,
Alimentándose del dolor en que me quiere retener.
Le grito en silencio al cielo, ¿por qué sucedió?
Corro lejos sin dejar de cargar
Un alma devastada que mucho lloró,
¿por qué tan caro lo tuvimos que pagar?
De su reino, de lejos, vino a buscar
Un alma inocente a quien poderse llevar.
Escenarios brutales, charcos de sangre,
Cuerpos destrozados, almas sufridas.
Dama Negra, que hoy nos has venido a ver,
Sin vacilar te acabas de llevar
Un ángel que jamás dejaré de querer,
Me quitaste su cuerpo, su memoria no me has de arrancar.
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