¡Locura, locura, sedienta agonía!
sólo entre la sombra de la mirada del cielo,
ecos de alma en el vacío absoluto
con latidos que se pierden en otra alba sin esencia,
mas delirios de papel al viento…
Todo es vano como la flor con lagrimas de pétalos,
divinamente bello e inservil,
fragante de nada, belleza en polvo de cenizas
que el olvido en un soplo altivo de recuerdo desvanecerá.
Desfilan amaneceres sin regreso,
soles que en la noche del ocaso menguaran,
lunas radiantes de gozo y plenilunio
que la misma vista cegaran en el ártico de las ilusiones
y los sueños nacidos entre despojos de la realidad.
Y aun yaciente a corazón de estrella
¿Verdad o fantasía? ¡que mas da!
si a razón del ser existe la duda
que se tilda en arenas sin mar.
Mejor sufragio serán versos profanos de una lagrima,
mientras el pánico cunde al loco en vestigios de hastío como yo,
aun llanto de sereno lago
silenció el grito en incógnito canto
y todo lo demás será y seguirá en soledad, soledad, absurda soledad…
¡Lejos de mi poesía seres bastardos!
no estoy bien, no, ¡Dejadme en paz!
triste, triste, como ahora, como siempre, estupida ironía,
solo, inerte, melancólico, vástago de inservil poeta, muerte adyacente,
¡no!
¡soledad, eterna soledad!
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